Introducción histórica

El Cane Corso es descendiente directo del "Canix Pugnax", moloso romano del que representa la versión ligera. Empleado para la caza mayor y como auxiliar bélico. Durante siglos ha sido preciado compañero de las gentes italianas que lo han utilizado para la guardia de la propiedad y del ganado, para la caza y para la defensa personal. Durante una época estuvo difundido por toda la península itálica.

Su desarrollo

La población de campesinos sedentarios fue creciendo, por lo que comenzaron a requerir nuevos instrumentos de defensa personal, un nuevo compañero de trabajo y de supervivencia. Motivos que fueron aprovechados para realizar cruzas selectivas con ejemplares que eran óptimos para asumir estos roles. Otra capacidad en la que logró destacarse fue la vigilancia y su capacidad para predecir situaciones riesgosas para los suyos. Por lo que también se lo empezó a usar como perro de guardia, cuidado de territorios, protector de familias, defensa. También desempeño notables aptitudes para la defensa y reunión del ganado de animales domésticos tales como ovejas, vacas, cabras, etc. Por lo que se le adjudicó un papel importante en el pastoreo. Sus habilidades olfativas propias de los caninos, su capacidad de búsqueda, perseverancia y constancia en el seguimiento de la presa y sus huellas, lograron que se introdujera a tareas de caza. Por otro lado, su gran capacidad de sociabilización para con el hombre, logró brindar seguridad, aprecio y compañerismo a su amo y su familia. El Cane Corso posee grandes capacidades, virtudes, aptitudes, una inteligencia admirable, que le permiten adaptarse al rol que le toque cumplir, ya sea la caza, el pastoreo, la guardia, rastreo, etc. Haciéndolo un perro muy distinguido entre los suyos; con una apariencia armónica y muy atractiva.